Hay... nosotros que nos amamos tanto.

Te amo en el colorido moreno de tu piel
Te amo en el cosquilleo que producen las hormonas ejercitadas
En las revoluciones químicas de mis jugos gástricos
En cada rose fálico en mi cuerpo tendido, amordazado, líricos de enamorados
En cada caricia potente en el fuego de tus manos
Ya hace tiempo el sudor se hizo manto, el que oye las confesiones carnales brotando de los cuerpos hechos uno
Amante, amado compañero
Arden las palabras esas que están plasmadas en la estatua de greda
Hoy es la noche una campesina que escucha las confesiones de una mujer que padece cada segundo por solo tener la imaginación como compañía